y en ese momento sus labios y los mios se encuentran
y él me besa, y yo me dejo besar
y, como siempre, la manos van al pan
y, para variar, terminamos dándo vuetas de campana
bajo las blancas sábanas de cualquier motel
perdiendo la noción del tiempo
y del espacio
disfrutando y sintiendo
como si ese segundo fuera el último
porque la vida se cuenta por los momentos que te dejan sin respiración...
Las manos van al pan, me encanta esa expresión. xD
ResponderEliminarY el recuerdo eterniza esos momentos. Siempre pasa así. Me gusta que pase así.
ResponderEliminarUn beso enorme ;)
C.