Ella, la de los fantásticos labios rojos,
la del placer por el placer,
la que regalaba sonrisas a desconocidos
y se divertía cuando la miraban por la calle
Ella, la de los ojos soñadores,
la de los destellos en la mirada,
se había enamorado...
Era un amor secreto,
un amor que le dolía y que
la mataba poco a poco y cada día.
Ella se había enamorado de la delgadez,
de los huesos marcados,
de los huesos de cristal...
Hay amores que matan, y Ella lo estaba viviendo
en lo que quedaba de su piel
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Hermoso. Tan real. Tan vivido.
ResponderEliminarMe alegra que hayas logrado salir. Admirable, en verdad.
Ojala...
Ojala...
Ojala...
Un beso, cielo
Gracias por pasar
The No-Name Girl
xoxo
Aún así esos amores mortales sirven para darnos cuenta cuán vivos estamos para sentirlos.
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